Gobierno y SNA acuerdan seis medidas para el uso eficiente del agua en sector agrícola

Fecha: 20 enero, 2010
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Inédito acuerdo público privado promoverá el mejoramiento de la productividad, la innovación y competitividad del sector. El presidente de la SNA, Luis Mayol, felicitó a los ministerios de OO.PP. y Agricultura, porque este documento “fija pautas y raya la cancha”

Esta mañana, el ministro de Obras Públicas, Sergio Bitar; el Subsecretario de Agricultura, Reinaldo Ruiz; y el presidente de la Sociedad Nacional de Agricultura (SNA), Luis Mayol, firmaron el primer protocolo de acuerdo para el uso eficiente del recurso hídrico en el sector agrícola del país.

Tanto el sector público como el privado se comprometieron en promover el mejoramiento de la productividad y competitividad del sector, por cuanto contiene líneas de trabajo no sólo para incentivar el eficiente uso del agua, sino promover la innovación y sistemas de gestión para los agricultores.

“Con la SNA hemos firmado algo positivo para mejorar la eficiencia hídrica, que significa un conjunto de iniciativas en cuencas, planes pilotos y medidas para que nosotros usemos el agua mucho mejor, vayamos tecnificando el riego, tomando medidas en bocatomas, cubriendo canales y otras medidas más. Estas medidas permiten que en vez de usar la cantidad de agua por hectárea en promedio que se usa hoy, y que es muy alta, la bajemos un 20% ó 30%, y que con la misma agua podemos regar más para convertir a Chile en potencia agroalimentaria”, dijo el titular de OO.PP.

La agricultura es el mayor usuario hídrico en Chile, con un 78% de participación del total (uso consuntivo). Dado ese antecedente, la promoción y desarrollo de actividades y prácticas que conduzcan al uso eficiente del agua, permitirán generar un impacto positivo en el desarrollo sustentable del sector agrícola.

Para el presidente de la SNA, Luis Mayol, “el problema de la distribución del agua en Chile y esta eventual escasez que viene, pasa por manejar mucho más eficiente y coordinadamente el recurso, efectuando inversiones en obras, acumulación, embalses, distribución, tecnificación y, precisamente, este documento recoge este espíritu, este diagnóstico y las soluciones. Felicito al MOP y al Ministerio de Agricultura, porque el texto fija pautas y raya la cancha”.

Los seis puntos del acuerdo

El protocolo de acuerdo contiene seis líneas de trabajo:

1) Incentivo de actividades de innovación y desarrollo, basado en la creación y transferencia tecnológica en procesos productivos.

2) Creación y gestión de sistemas de información para apoyar la mejor toma de decisiones.

3) Promoción de proyectos pilotos o demostrativos en materia de eficiencia hídrica, acompañado de la búsqueda de financiamiento nacional y/o internacional para su realización, como una forma de cooperación público privada.

4) Difusión y participación en experiencias exitosas, tanto a nivel nacional como internacional del sector

5) Realización de estudios que permitan mejorar la calidad de la información relacionada con la disponibilidad y demanda del recurso hídrico en el sector agrícola.

6) Promover la componente educacional para el sector.

Este acuerdo público-privado sigue la ruta trazada en abril de 2009, ocasión en que el MOP y el Ministerio de Minería firmaron un protocolo similar para el uso eficiente del agua en el sector minero, teniendo como contrapartes a la Sociedad Nacional de Minería y el Consejo Minero.

Antecedentes del acuerdo

Pronósticos meteorológicos nacionales y globales estiman que en Chile se podría producir un incremento en la temperatura media de hasta 4°C , lo que traería efectos inmediatos en el desarrollo de los cultivos y un eventual desplazamiento a zonas más australes, siendo las zonas más afectadas el Norte Grande y Chico, y las zonas cercanas a la Cordillera de los Andes.

En forma paralela, se observa desde hace algunos años el agotamiento de ciertas fuentes de agua subterránea especialmente en las zonas áridas y semiáridas del país. De ahí la urgente necesidad de buscar una mayor eficiencia del riego, a fin de mitigar el impacto del cambio climático sobre la productividad de los cultivos.

El gran esfuerzo público-privado realizado en los últimos 20 años mediante la implementación de importantes inversiones en acumulación y distribución de aguas para riego, así como la aplicación de técnicas más eficientes de riego, cuya cobertura se ha más que triplicado en los últimos diez años, ha permitido gestionar en forma eficiente la distribución del recurso entre los usuarios y la gestión de la escasez a través de acuerdos de autogestión entre los usuarios. Pero aún el 72% de la superficie agrícola bajo riego funciona mediante un sistema gravitacional, con importantes pérdidas.

De la gestión de las últimas sequías que han afectado al país, la creciente población, las cada vez más numerosas actividades productivas que demandan agua, hacen que el actual uso de este recurso, además de ser insostenible, impide que se puedan iniciar nuevos emprendimiento.

Si esta demanda hídrica se hiciera de manera eficiente liberaría el recurso y éste podría de ser usado en otras actividades.

Igualmente, el uso ineficiente del agua genera además presión adicional sobre las cuencas hidrológicas y/o los sectores hidrogeológicos o acuíferos que terminan siendo usados intensamente o sobreexplotados.